Juan Antonio Cuadrillero y Marta Vírseda se imponen en la quinta edición
de la carrera Villa de Turégano, que acogió en un día de fiesta local a
más de 300 corredores, andariegos y niños.
Cerca de 300 personas disfrutaron en la tarde de ayer de la quinta
edición de la carrera y marcha pedestre Villa de Turégano con unas
temperaturas suavizadas, en torno a los 28 grados, que facilitaron a los
atletas el duro recorrido, de 12.700 metros. “Siempre quieres que venga
más gente, pero la prueba ya está consolidada. La gente ya sabe que en
agosto hay una carrera en el pueblo”, analizan los organizadores.
Vencieron dos habituales del calendario como Juan Antonio Cuadrillero y
Marta Vírseda, en un día de fiesta y de actividad económica para el
municipio.
La dureza inicial de la prueba, con cuatro kilómetros muy exigentes,
terminó con la emoción. En la zona que marcaba las diferencias,
Cuadrillero desapareció poco a poco del horizonte de sus perseguidores y
llegó a meta con un tiempo de 42 minutos y 3 segundos, casi cuatro
minutos antes que su inmediato perseguidor, Pedro Luis Gómez Moreno, que
paró el reloj en 45 minutos y 47 segundos. Julio de Pablos completó el
podio, seguido muy de cerca por Mario Sanz, cuarto, en una prueba en la
que los máximos favoritos acabaron luchando en solitario contra sus
propios límites. Por su parte, Vírseda dominó con firmeza y superó la
meta cuando el reloj marcaba los 57 minutos y 34 segundos. Arantxa
Redondo, segunda, fue la última atleta en bajar de la hora, con un
tiempo de 59 minutos y 59 segundos.
Además de los 134 atletas inscritos para la carrera pedestre, la tarde
deportiva en Turégano contó también con la participación de 84
andariegos y unos 70 niños. “Son cifras muy positivas en un calendario
con muchas carreras que bajan de los 100 inscritos”, analiza la
organización. Los tres primeros de cata categoría recibieron productos
de la tierra y los vencedores absolutos una cena para dos personas. La
organización incluyó en la bolsa del corredor una visita al castillo
y material deportivo, además de otorgar a los 30 niños participantes en
la carrera de chupetines una medalla conmemorativa. “Nos gusta que
todos se lleven algo”, aseguran los responsables del evento.
Según fueron llegando a meta, los corredores recibieron un número que
les permitía participar en un sorteo posterior. La carrera, cuya
inscripción era de 10 euros (12 durante el día de ayer), gratuita para
los andariegos, recorría los caminos de la localidad, la ribera del río
Velasco, los campos de cereal y, como es habitual, partía y llegaba a la
plaza mayor del municipio. “La idea es que no solo viniera gente de
Segovia, y había atletas de Valladolid, Soria, Madrid, Guadalajara...
Sobre todo, hemos conseguido que hubiera mucho público en las calles”
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